Con la publicación de mi libro “En
defensa del Amor”, de la Editorial Monte Carmelo, una nueva bendición llega a
mi vida.
La buena Energía de la tierra fluye a
través de mí y sigue abriendo caminos, imparable, arrolladora, incansable.
Esa Energía utiliza a sus pequeñas
criaturas, a los seres humanos, como tú y como yo, para manifestarse, somos sus
hijos amados, sus soldados de a pie.
Siempre vuelvo a la idea del guerrero y
la batalla. En la portada del libro hay un soldadito de plomo, con el corazón
traspasado de amor y de ilusión, al igual que yo.
Es una batalla por el Amor, emprendida
desde el corazón del Amor, porque somos enviados a esta tierra con ese preciado
mensaje: ama y ayuda a tus hermanos.
El libro recoge las huellas de ese Amor
en una vida concreta: la mía. Con su publicación, esas huellas son lanzadas al
aire de mi planeta por el Viento Sabio que todo lo mueve y hace que las cosas
lleguen a donde tienen que llegar, ni más ni menos.
No es mi misión ver adónde llegan, dónde
encuentran cobijo mis palabras: en quién levantan una esperanza o despiertan
una ilusión. Yo no sujeto los hilos, no dirijo.
Desde este momento, conscientemente, doy
libertad a mis palabras, las dejo volar entre los corazones humanos para ir
donde las lleve su destino.
Siempre irán acompañadas de todo mi
cariño, porque he tenido el privilegio de que su luz pase a través de mí, de
alumbrarlas.
Yo he sido el recipiente, la vasija
donde se ha amasado el mensaje, donde se han depositado suavemente las letras
para ordenarse y tomar su sentido: que es el de anunciar las buenas noticias,
quitar miedos, sentir confianza y gritar agradecimiento.
Para comunicar ese mensaje mi corazón ha
tenido que ir transformándose, porque no se puede dar lo que no se tiene. No se
puede anunciar el mensaje del Amor si no se ama. Imposible.
Y en todo ese proceso de transformación
he sido bendecida, y sigo siéndolo. Por eso, mi alegría es completa con la
publicación de este libro, mi emoción es profunda, mi gratitud, infinita.
Deseo transmitir mi entusiasmo a los
caminantes que me acompañan, para que entre todos colaboremos a eliminar los obstáculos
que nos tapan el cielo que llevamos dentro.
Deseo seguir hasta la eternidad viviendo
en defensa del Amor que me acoge en él, que es mi aliado más fiel y mi hogar
verdadero.
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