domingo, 25 de julio de 2021

Acoger y soltar

 


Acoger y soltar, recibir y dar, es el ritmo de la respiración y de la vida, es el latido de la naturaleza que yo soy.

Muchas cosas hay que no entiendo, demasiadas. El universo es un misterio que me desborda, la belleza me rodea por todas partes. Por otro lado, la dureza de los corazones humanos me supera. Las palabras no me sirven para explicar lo esencial, lo cual es una tragedia porque mi tendencia es explicar y etiquetar todo.

De alguna manera, tengo que aprender a dejarme llevar y dejarme hacer, porque la fuerza que me ha nacido y me ha traído hasta este punto concreto y este tiempo, también me llevará a buen término sin que yo sepa cómo, porque “la tierra produce por sí misma”, la Sabiduría se basta a sí misma, no importa si yo estoy “distraída”.

Mis herramientas necesarias serán la aceptación y la confianza, teniendo en cuenta que las cosas no suceden según mi conveniencia o mis preferencias. Sin embargo es ahí, en mi pequeña parcela humana, donde soy responsable de mi propia música. Como dice Pedro Salinas: “Tú vives siempre en tus actos. Con la punta de tus dedos pulsas el mundo, le arrancas auroras, triunfos, colores, alegrías: es tu música. La vida es lo que tú tocas.”

Hacer sonar esa música me lleva todas las horas del día, porque todo importa, nada es indiferente, ni accesorio. Todo lo que sucede tiene que suceder para que saque lo mejor de mí misma, y para que aprenda a amarme, paso necesario para poder cuidar y amar a los demás.


1 comentario:

Fr. Simón dijo...

La sabiduría se basta a sí misma. Lo valioso

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