domingo, 25 de febrero de 2018

Tiempo y vida


No veo diferencia entre tiempo y vida. “No tengo tiempo” o “no me da la vida para tal cosa”, significa lo mismo.
Mi Tiempo-Vida está envuelto en la incertidumbre de no saber el origen, el porqué, el paraqué, el sentido. Soy un Misterio que camino, aprendo, me muevo y existo en el Espíritu, así dicen los Hechos: “En el vivimos, nos movemos, existimos”.
Mi Tiempo-Vida-Espíritu es lo más grande que se me da para disfrutar en esta orilla de la vida. No contemplaré mayor milagro que ese: el milagro de existir.
Cuando tengo mi mirada y mi corazón puesto ahí, todo se armoniza en mí, porque conecto con ese rio infinito de paz que pasa por mis entrañas.
Tiempo, Vida y Espíritu encuentran su perfecto punto de unión y expresión en la alabanza y en la alegría. Ante esa vida que no se puede explicar, abarcar ni encasillar no se puede estar indiferente. En palabras de Pablo d´Ors: “Ese flujo vibrante, indescriptible, sutil y preñado, que es la vida de los hombres, la mía, este instante, esta maravilla tan eterna como fugaz.
Y dónde quedan “los problemillas” del día a día. Pues tal como lo he puesto: en diminutivo. Todos son pequeñeces ante la grandeza que es mi vida y todas las vidas.
Algo anda mal cuando damos más importancia a la ofensa que al perdón, a la discordia que a la unión, a los insultos que a los abrazos, a las tensiones que a la calma.
En nuestras manos está elegir. La alegría nos espera.

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