domingo, 28 de agosto de 2016

Vivir y orar

Se vive al mismo tiempo que se ora y no existe cada cosa por su lado. Todo es oración. Una intención limpia, una mirada alegre, unas lágrimas de dolor, un momento de tristeza, una voluntad de vivir.
Todo es oración porque todo está dentro de la vida, que es sagrada y es nuestro único enlace con la trascendencia. Mientras estamos aquí, estamos en aprendizaje continuo. Todo se presenta como oportunidad de formarnos, todo es ventana y puerta a lo Otro. Estas son imágenes para expresar lo que no se puede expresar, porque el lenguaje se queda corto, pero alguna indicación nos da.
No hace falta en esta oración poner las palabras adecuadas o tener las cosas muy claras. Podemos estar mudos y sentir la oscuridad total y aún así no podemos dejar de estar conectados y orando a tiempo completo, porque siempre estamos dentro del tren de la gracia divina.
Dice Pannikar: “Orar es simplemente ser o vivir. No hay que ir a ningún lugar sagrado ni hacen falta palabras para orar, simplemente vivir, respirar”.
La persona se hace luz cuando trata la vida con afecto y con respeto. Y ese afecto empieza por uno mismo, ese es el camino. Tú mismo eres el camino. No hay otro.
Valorar la vida como una auténtica joyita y acumular las fuerzas para agradecer y asombrarnos ante el misterio del corazón humano. Esa es la sabiduría a la que estamos llamados.
Lo increíble de la vida es la íntima unión que hay entre todos. Es como una corriente eléctrica que nos une sin darnos cuenta.

Por eso cuando yo digo: Padre mío, toda la tierra ora y alaba conmigo, porque somos una unidad.

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