domingo, 8 de febrero de 2015

Demonios interiores



El conocimiento de nosotros mismos está íntimamente unido al conocimiento del Ser que nos sostiene y que es el máximo, más bien el único formador, posibilitador, de todo lo que sucede en nuestra persona.
Aquello que es la Bondad y la Ternura nos lleva a vivir con lo mejor de nosotros mismos, a intentar siempre el bien, en una continua lucha contra nuestros demonios interiores, que son los que nos dicen que no podemos hacer nada, que estamos solos, que el mundo es malo pero nosotros no, nos hacen enfrentarnos a todo y vivir la ilusión de la separación. Y nos llevan al desánimo y la frustración.
Todo lo que nos lleve a realizarnos y a conocernos, es bueno y es divino. Porque con ello nos armonizamos y damos la nota en la partitura que está preparada para nosotros en el conjunto de la creación.
Sí, hay un plan para cada uno. El objetivo principal siempre es ser feliz, pero hay unas maravillosas diferencias entre nosotros, y cada uno llega por un camino, por un carácter, unas circunstancias y unas convicciones.
Me parece una riqueza increíble tanta variabilidad, cómo nos encontramos y nos unimos en el abrazo de la existencia con los que opinan, visten, caminan y miran diferente.
Solo hay una condición indispensable para la dicha de este encuentro en la diferencia, no pensar que somos nosotros los que tenemos la razón. Porque así nos cargamos cualquier tipo de  acercamiento.
Si pienso que esa persona tan distinta a mí, es un Ser-Amado-Igual-Que-Yo, entonces la tengo que tratar con respeto, cercanía, admiración, complicidad.
Quizá nuestra faena, como humanos, sea precisamente tender puentes, que salen de nuestro interior para unirnos y salvar las diferencias, o mejor, agradecer las diferencias, que sin duda son una riqueza.
Nos complementamos unos a otros, esto se descubre y saborea cuando miramos desde abajo, desde la humildad y sencillez extrema. Falta que bajemos a nuestro ego del escalón superior en el que se ha subido. Todos estamos hechos del mismo barro y vamos en el mismo barco haciendo idéntica travesía, por qué creernos superiores.
Nuestros demonios interiores no paran de trabajar para separarnos a unos de otros, para romper la armonía que es nuestra esencia.
Pero nosotros tenemos al mismo Amor como escudo y protección. Asegurémonos de que lo tenemos activado, porque a veces se nos olvida y entonces nos deshumanizamos. No desperdiciemos nuestro precioso tiempo, miremos al cielo y actuemos con bondad.

No hay comentarios:

El tablero de la vida

  En lo más cotidiano jugamos nuestra partida, nos alegramos y nos cansamos, planeamos y nos desanimamos, hacemos nuestras jugadas más brill...