domingo, 16 de diciembre de 2012

En defensa del Amor


Con la publicación de mi libro “En defensa del Amor”, de la Editorial Monte Carmelo, una nueva bendición llega a mi vida.

La buena Energía de la tierra fluye a través de mí y sigue abriendo caminos, imparable, arrolladora, incansable.

Esa Energía utiliza a sus pequeñas criaturas, a los seres humanos, como tú y como yo, para manifestarse, somos sus hijos amados, sus soldados de a pie.

Siempre vuelvo a la idea del guerrero y la batalla. En la portada del libro hay un soldadito de plomo, con el corazón traspasado de amor y de ilusión, al igual que yo.

Es una batalla por el Amor, emprendida desde el corazón del Amor, porque somos enviados a esta tierra con ese preciado mensaje: ama y ayuda a tus hermanos.

El libro recoge las huellas de ese Amor en una vida concreta: la mía. Con su publicación, esas huellas son lanzadas al aire de mi planeta por el Viento Sabio que todo lo mueve y hace que las cosas lleguen a donde tienen que llegar, ni más ni menos.

No es mi misión ver adónde llegan, dónde encuentran cobijo mis palabras: en quién levantan una esperanza o despiertan una ilusión. Yo no sujeto los hilos, no dirijo.

Desde este momento, conscientemente, doy libertad a mis palabras, las dejo volar entre los corazones humanos para ir donde las lleve su destino.

Siempre irán acompañadas de todo mi cariño, porque he tenido el privilegio de que su luz pase a través de mí, de alumbrarlas.

Yo he sido el recipiente, la vasija donde se ha amasado el mensaje, donde se han depositado suavemente las letras para ordenarse y tomar su sentido: que es el de anunciar las buenas noticias, quitar miedos, sentir confianza y gritar agradecimiento.

Para comunicar ese mensaje mi corazón ha tenido que ir transformándose, porque no se puede dar lo que no se tiene. No se puede anunciar el mensaje del Amor si no se ama. Imposible.

Y en todo ese proceso de transformación he sido bendecida, y sigo siéndolo. Por eso, mi alegría es completa con la publicación de este libro, mi emoción es profunda, mi gratitud, infinita.

Deseo transmitir mi entusiasmo a los caminantes que me acompañan, para que entre todos colaboremos a eliminar los obstáculos que nos tapan el cielo que llevamos dentro.

Deseo seguir hasta la eternidad viviendo en defensa del Amor que me acoge en él, que es mi aliado más fiel y mi hogar verdadero.

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