
Qué bien tener una tarea por hacer, una ilusión por cumplir, un deseo por realizar, una sed por satisfacer.
Cuando saboreamos el amor, nos apetece tener más, nos sentimos avariciosos; cuando sentimos la alegría, queremos que ésta sea completa; cuando respiramos la paz, ya no nos conformamos con cualquier otra cosa.
Qué bien tener el corazón vivo y ardiente y sentirse tocado por los hechos y las palabras, sentirse empujado por los acontecimientos a ahondar en la belleza y en la dicha de nuestro auténtico interior.
Cuando te entusiasman las plantas o la cocina y te dan un manual de jardinería o de recetas, eres feliz sólo de pensar en abrir el libro y hojearlo. Lo mismo sucede cuando te apasiona profundizar en la vida interior y te dan un libro titulado: “¡Ojalá escuchéis hoy su voz!”, con unos objetivos y contenidos pensados por la Diócesis de Valencia para un proyecto que se llevará a cabo a lo largo de cuatro años, llamado Itinerario de Renovación.
Qué gozada tener por delante el descubrimiento de uno mismo. Puede ser una labor dura a veces, pero siempre apasionante, no aburrida ni secundaria, que afecta a todos los espacios en los que nos movemos, a todas las horas del día.
Qué bien que seamos llevados de la mano por quien sabe más que nosotros, por quien está más preparado, y que alguien nos allane el camino para encontrarnos con nosotros mismos y con la comunidad.
Qué bien que sea la gratitud nuestro motor, nuestra energía, nuestra razón de vivir, porque cuando tenemos ganas de dar gracias, nos sentimos felices y notamos cómo la fuente que nos acompaña, lava y sanea las zonas más oscuras o complicadas que siempre tenemos.
Qué bien que la semilla crezca por sí misma y sólo tengamos que abrir los ojos para contemplarla.
Qué bien tener un itinerario de esperanza.
1 comentario:
Eres inagotable, hormiguita.
Cuando tengo un instante, te leo.
Besos
Publicar un comentario