
He fijado mis pies en el infinito
me he asomado a la vida
he rechazado a la muerte
y tan sólo con la fuerza de mis manos
me he agarrado
a lo que no tiene rostro ni cuerpo
y se define por ser bello
por ser bueno
por ser tierno.
He plantado mi tienda
bajo la sombra de mis estrellas
he contemplado mi casa
y mis galaxias
he sacudido cimientos
he derrumbado montañas
y he decidido quererme y perdonarme
y contemplarme
porque dentro de mí
se desarrolla la historia
se despierta la creación
y la naturaleza toda
se siente viva en mi interior.
Soy recipiente
de suave brisa,
soy sólo un cuenco
que es casa y techo
de mis angustias
de mis deseos
y soy conciencia del universo
cuando yo muero
todo está muerto.
He cabalgado sobre las horas
del tiempo
para remover arenas inmortales
y construir castillos sobre el aire.
He esperado el paso de las aguas
para que se mezclen con mi propia sangre
y con lámpara de barro
he iluminado todos mis paisajes.
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