Leo en un anuncio publicitario: “Aprende inglés de forma flexible, fácil, inmediata.”
¿Qué tal si cambiamos la palabra “inglés” por la palabra “paz”?
El problema es que no vemos la ventaja de anunciar paz, sí vemos la de anunciar inglés.
¿Qué es lo que nos conviene más de las dos cosas? ¡Sin duda la paz! Con ella vamos a disfrutar de la vida entera, aunque no sepamos inglés. Pero si es al revés, si dominamos el inglés pero no tenemos paz interior, vamos a ser unos desgraciados.
No damos importancia a lo que realmente la tiene.
Se me ocurre hacer un anuncio de “aprende paz”:
De forma flexible: sin esquemas rígidos e inamovibles, cada uno a su ritmo, tenemos la vida entera a nuestra disposición y cada día tiene todo lo que necesitamos. El horario es continuado, desde la luz del alba.
De forma fácil: todos podemos llegar a ella. Es asequible para los más torpes, los vagos, los que tienen déficit de atención. Todos buscamos paz.
De forma inmediata, al instante. Eso es lo mejor, no tenemos que esperar a fin de curso para que nos den el título, se puede disfrutar momento a momento.
Método: basta desearla con todo tu corazón, y poner tus escasas fuerzas a su servicio:
- Que veo malas caras, pongo sonrisas.
- Que se trata de “poner verde” a alguien ausente, me callo o me voy.
- Que veo una necesidad del tipo que sea, intento ayudar.
- Doy ánimos de corazón a quien lo necesita.
- Pongo a los demás por delante de mí.
- Trato con cariño a la gente.
Con estos pequeños consejos, seguro obtengo el diploma y, lo que es mejor, consigo la paz.
Yo quiero caminar cada día en esa dirección.
¿Y tú?
¿Qué tal si cambiamos la palabra “inglés” por la palabra “paz”?
El problema es que no vemos la ventaja de anunciar paz, sí vemos la de anunciar inglés.
¿Qué es lo que nos conviene más de las dos cosas? ¡Sin duda la paz! Con ella vamos a disfrutar de la vida entera, aunque no sepamos inglés. Pero si es al revés, si dominamos el inglés pero no tenemos paz interior, vamos a ser unos desgraciados.
No damos importancia a lo que realmente la tiene.
Se me ocurre hacer un anuncio de “aprende paz”:
De forma flexible: sin esquemas rígidos e inamovibles, cada uno a su ritmo, tenemos la vida entera a nuestra disposición y cada día tiene todo lo que necesitamos. El horario es continuado, desde la luz del alba.
De forma fácil: todos podemos llegar a ella. Es asequible para los más torpes, los vagos, los que tienen déficit de atención. Todos buscamos paz.
De forma inmediata, al instante. Eso es lo mejor, no tenemos que esperar a fin de curso para que nos den el título, se puede disfrutar momento a momento.
Método: basta desearla con todo tu corazón, y poner tus escasas fuerzas a su servicio:
- Que veo malas caras, pongo sonrisas.
- Que se trata de “poner verde” a alguien ausente, me callo o me voy.
- Que veo una necesidad del tipo que sea, intento ayudar.
- Doy ánimos de corazón a quien lo necesita.
- Pongo a los demás por delante de mí.
- Trato con cariño a la gente.
Con estos pequeños consejos, seguro obtengo el diploma y, lo que es mejor, consigo la paz.
Yo quiero caminar cada día en esa dirección.
¿Y tú?
2 comentarios:
Yo quiero caminar en esa dirección a tu lado.
Gracias.
Te quiero mamá.
No dejas de sorprenderme.
A qué esperas para poner el anuncio??
Otro beso, hormiguita!
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