miércoles, 28 de abril de 2010

El otro día, volando


El otro día volando entre las palabras

y entre mis sueños,

alcancé a ver la alegría de tu cara,

y me dediqué, gozosa,

a espiarte por los rincones

y a dar gracias.


En medio del universo

situé un pequeño altar

con todo lo necesario:

la luz de mis ilusiones,

la belleza de la vida,

la soledad de mi alma

y la armonía.


En el altar, una ofrenda

y unas frases perfumadas

y recién cogidas.


Los ríos bajan del cielo

en busca de un mar secreto

que yo tengo en mis entrañas,

y yo bordeo los cauces,

y yo sondeo las aguas,

de madrugada.


Mi ofrenda era yo misma

soñando mundos amados,

tumbada sobre mi tierra,

que es una cuna de barro

bañada por los colores,

abierta al inmenso espacio.


Mi boca se abrió con calma

para alumbrar la palabra,

única

y escogida,

con la que celebrar

mi nacimiento a la vida.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy chula, me gusta mucho.

Se que te debo una, pero no encuentro el momento porque no estoy en el mejor.
Estoy aquí, te leo siempre y te recuerdo,mi memoría falla mucho pero no me olvido de mis amigas.
UN ABRAZO.

Celebrar la vida

  Algo tiene que morir en nosotros para que la vida gane. Desprendernos para avanzar. Dejar atrás la visión de nosotros mismos y del mundo, ...