viernes, 12 de febrero de 2010

A su imagen y semejanza



“Cuando Dios decidió crear a los hombres, seres vivos y conscientes, no tenía ningún otro modelo de estas características excepto Él mismo. Si quería crear al hombre, tenía que fijarse en sí mismo. No puede ser de otra manera. Somos “a su imagen y semejanza.”

Hay un camino interno que va directamente de mi rostro a su Rostro, basta con multiplicar por el infinito lo fundamental de mí, lo mejor que tengo:

Tomamos, por ejemplo, la Bondad. Multiplico mi pequeña bondad por el infinito y veo cómo el rostro de Dios empieza a dibujarse. De mi bondad finita descubro la bondad inmensa de Dios.

Dios es la BONDAD INFINITA.

A continuación, multiplico por el infinito mi pequeño amor, e instantáneamente me aparece el rostro de Dios, el AMOR INFINITO.

También el hombre tiene el poder de crear e imaginar. Si multiplicamos este pequeño don creador, que tenemos todos nosotros, por el infinito vemos cómo aparece el absoluto PODER CREADOR de Dios, necesario para dar lugar a este misterioso universo. En una novela, el autor inventa los personajes y traza una historia para ellos. Pero Dios da vida a miles de hombres y mujeres con sus historias reales. ¡Qué gran guionista!

¿En qué nos parecemos nosotros a Dios? ¿Estamos vivos? ¿Somos conscientes? ¿Tenemos sabiduría? ¿Tenemos bondad? ¿Tenemos belleza? –aunque sea en una medida pequeña-. Éstas son características de Dios.

Dios es el SER INFINITO, VIDA, BELLEZA, INTELIGENCIA Y BONDAD. Nos ha dado a cada uno un pedazo de su ser. En esencia es como tú, pero en su debida proporción, elevado al infinito.

Por fin hemos visto cómo es Dios, no cara a cara, sino a través del entendimiento. La consecuencia práctica de este descubrimiento es que, a partir de ahora, cualquier consideración que hagamos sobre este mundo es inseparable del concepto de la Bondad Infinita de Dios. Éste es nuestro compañero eterno en la Historia de la vida.

Sólo con saber que Dios es bueno nos tendría que bastar, no tendríamos que querer más explicaciones. El resto, los detalles no importan. Simplemente dejemos a Dios “que sea como Él quiera ser”, la cuestión es que “Sea”. El “cómo” lo decide Él.”

(Vicente Ferrer)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Me encanta, hormiguita!

Anónimo dijo...

Hola Concha! je suis ta collegue de français, por fin te he descubierto en este magnifico blog. Me he enganchado desde la primera palabra que he leído, no he podido leerlo todo pero lo hiré haciendo poco a poco. Estoy muy deacuerdo contigo en practicamente todo.(Tienes razón, si nos hemos conocido es por algo) Gracias por regalarnos trocitos de paz. Ojalá existieran más personas como tú en el mundo, nos iría mejor sin lugar a dudas. Un beso.

Señales de eternidad

  Para aproximarme al sacramento del momento presente necesito bajar y entrar en cada detalle, descubrir que todo es señal de eternidad y ce...