domingo, 14 de febrero de 2010

Deslizarse por el día


“Este completo y amplio día me pertenece,
me deslizaré muy lentamente por el día,
sin forzarlo, sin prisas.”
(Etty Hillesum)

He memorizado estas líneas, y en algunas ocasiones las repito, saboreando su contenido. El tiempo entonces, se ralentiza, se estira, se detiene… y cobran valor todas las pequeñas cosas que van sucediendo.
Mi jornada me pertenece, ha sido diseñada para mí, para nadie más, yo mando. Ya sé, ya sé que en lo externo no sucede exactamente lo que yo quiero, pero en lo interno yo dirijo.
Deslizarse por el día… ¡me gusta! No da sensación de agobio, más bien de danza, de acariciar los momentos con mis manos y procurar no quedarme encallada en ninguno de los obstáculos de la jornada. Significa circular con suavidad, con maestría, con tiento. Dejar que todo transcurra, y ser una contemplativa de mis días.
No dejarnos enredar en los momentos tristes, ni en las excesivas euforias, guardar un equilibrio. Deslizarse. No a trompicones, ni avasallando a nadie, ni con pretensiones. Sin forzar los acontecimientos, sin tener prisas. Sin que nada consiga endurecer mi corazón, o lo que es lo mismo, nada me quite mi paz interior. “Que no hagan callo las cosas/ni en el alma ni en el cuerpo…” (León Felipe)

Si quiero que las cosas salgan de una manera determinada, me sentiré frustrada si no sucede así, pero si no pretendo manejar, ni forzar, y acepto dejarme llevar de la mano por la misma vida, cualquier resultado estará bien.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tengo que aprender a "deslizarme"...
Besos, hormiguita

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