domingo, 22 de junio de 2025

Somos paz


 La paz es un don que para salir a la luz depende de nuestra respuesta afirmativa, necesita nuestro “sí” y nuestro cuidado. Es algo que ya está dado y nos necesita para salir al mundo, para hacerse camino en el barullo de las ciudades o en los senderos solitarios del alma.

Somos guardianes de ese tesoro que actúa en el mundo y es tan imprescindible como el aire y el oxígeno.

Cuando se ha saboreado la paz, cuando se disfruta su compañía, comprendemos que no se puede vivir de otra manera. Porque realmente no vivimos en su ausencia.

Vivir con paz o con miedo. “No temáis”, es el mensaje bíblico repetido una y otra vez, porque es lo que más necesitamos oír.

Es importante rescatar todas las palabras y los gestos de paz que nos habitan, porque son el mismo cielo, transportado en nuestra frágil vasija humana.

La paz está hermanada con la alegría y con la paciencia, es puerta siempre abierta al encuentro y al diálogo. Es impulso suave que nos lleva a vivir de verdad. Somos paz, es lo más hondo y auténtico que llevamos en nosotros.

Esa es la misión que nos trae hasta aquí: ampliar la paz del mundo, tan solo entrando en nosotros y quitando obstáculos a nuestra propia paz, y facilitando encuentros plenos de armonía y cordialidad.

La oración de san Francisco de Asís: “Haz de mí un instrumento de tu paz”, nos dice cómo sembrarla, mediante amor, esperanza, luz, alegría. Ese es el camino.


domingo, 15 de junio de 2025

Todo es música

 


Llega hasta mí el testimonio de tantas vidas apasionantes, tantas palabras inspiradas que me orientan en el camino, y sin embargo aún me cuesta confiar en que la misma vida me guía, a veces creo que estoy sola y que todo depende de mí. Nada más lejos de la realidad. 

Podría decir que en la teoría lo tengo más o menos claro, pero en lo concreto de cada día algo falla. Es como si aún estuviera en el curso preparatorio para ser humana, pero a estas alturas de mi vida ya tendría que estar en un curso más avanzado. Cada vez tengo menos certezas, veo que no me sirve lo aprendido y me encuentro al borde del abismo del no saber, donde solo puedo dar pasos si confío.

Tengo en mí los dos extremos, la fragilidad por un lado, y por otro, la capacidad de resistencia, que equivale a la fuerza que puede mover montañas.

Me siento afortunada cuando me llegan palabras que me acarician y me reconfortan: “Estamos en el lugar donde todo es música” (Rumi). Este mensaje me llega al corazón, porque veo que hay notas de esa música que resuenan en mí y esa es mi ancla más firme, mi refugio que no pasa ni se destruye. Esa música, que también se llama amor y paz, es mi auténtico hogar.

Todo lo que lleva a Dios pasa por las relaciones de amistad conmigo misma, con los demás y con todo lo creado. Ahí es donde está mi religión y mi misión, en la misma vida de cada día, que está dentro del útero en el que habito y de la fuente desde donde emano en cada momento. Visto así, la vida se ve diferente.


domingo, 8 de junio de 2025

Entregarnos


 “Si no lo puedes solucionar, deja que suceda.” Es un buen consejo para no sufrir por tantos conflictos y tantas noticias que nos entristecen y no podemos hacer nada por solucionarlas. 

Entregarnos, rendirnos, aceptar, fluir, de múltiples maneras se puede nombrar la actitud que necesitamos para no hundirnos en “las batallas diarias”. Vivir en el miedo es triste y doloroso, y no deja de ser una elección aunque lo hagamos de modo inconsciente. Esto es lo que nos pasa cuando nos instalamos en pensamientos sombríos y dejamos el poder a la mente.

Si creemos que la misma fuerza que guía el universo también nos guía a nosotros porque somos parte inseparable de él. Si confiamos en ese impulso dador de vida que está en nuestro origen y en cada una de nuestras respiraciones. Y si dejamos a un lado nuestro ego que pretende ser más y más grande cada día… no nos perderemos la grandeza y el asombro ante el regalo increíble de la existencia. Y nos dedicaremos a reverenciar la belleza y el esplendor de la naturaleza en la que existimos y que somos.

Somos recipiente, templo, morada, casa de la misma vida. Y si podemos ser conscientes de ese privilegio y expresar nuestro agradecimiento, ya nada nos falta. Eso significa aceptar, reverenciar, rendirnos.

Cuidemos nuestra propia morada para no perdernos el milagro de la vida que está siempre presente. Y para ello, sencillamente abrirnos a la gratitud y al gozo de saborear cada momento, cada ahora, con su dimensión de eternidad.


domingo, 1 de junio de 2025

Los tesoros de la vida

 


Me pongo en camino con la voluntad de encontrar los tesoros que son para mí, con los sentidos alerta, mirando hacia mi interior habitado.

Siempre tengo más y más libertad por estrenar. Y no puedo dejarlo para después, ahora es el momento, no tengo otro. Porque vivo en este único día que engloba días y noches, tiempo y no tiempo.

Sé que siempre hay más profundidad disponible para conquistar, y más paz y armonía a mi alcance. Además tengo que rescatar la alegría que está oculta para poder ofrecerla al mundo.

No importa si no lo hago bien, si me propongo unas cosas y hago otras, eso es la manifestación de mi propia imperfección. No me desanimo por ello, porque en cada momento puedo comenzar de nuevo, hay demasiados tesoros escondidos que yo tengo que sacar a la luz. A veces mi única faena es, sencillamente, quitarme de en medio, no pretender ser el centro o tener opinión de todo, y dejar actuar a la misma vida que tiene sabiduría acumulada. Siempre recuerdo la cita: “la tierra produce por sí misma”.

Me relajo cuando sé que la mente no es dueña de la vida y que no tengo que dar tanta importancia a los pensamientos que son eternamente cambiantes. Tengo sensación de alivio cuando oigo decir que todo está bien, que los conflictos y las tensiones ocupan el lugar que tienen que ocupar.

La vida es demasiado grande, misteriosa, inabarcable para que yo pueda entenderla o explicarla. Misión imposible. Sin embargo, cuando llega hasta mí el regalo de tantos encuentros afortunados y la ternura de tantas miradas, sé para qué estoy aquí, y los tesoros de la vida que ando buscando se me muestran en todo su maravilloso esplendor.


domingo, 25 de mayo de 2025

Ser humanos


 Nuestro trabajo siempre es interior, porque la gran cuestión es cómo se sitúa uno interiormente ante lo que está sucediendo. No podemos estar a merced de los vaivenes de la vida, necesitamos estabilidad, serenidad y confianza en todos los momentos. Y esto se puede entrenar, es lo que tenemos que trabajar en nosotros.

No nos dejemos llevar por los pensamientos desbocados, por la mente siempre ruidosa que tiende a crear confusión. Ni por los comentarios de tantas personas a nuestro alrededor que también pretenden contagiarnos su nerviosismo. Miremos a lo hondo, donde las aguas están en calma, de donde brota la luz y la belleza de la vida. Eso es lo único real, lo que no cambia porque es el océano que todo lo sostiene.

Se vive por dentro. Ahí es donde sentimos, procesamos, decidimos, aceptamos. Cuando no están bien las cosas a tu alrededor y tú puedes tener paz, eso es vida en plenitud.

Muchas veces son necesarias situaciones límite, de dificultad, para que salga esa bondad esencial que nos constituye, porque es nuestro suelo interior.

Llevamos incorporado un derroche de energía y de vida, y no tenemos que dudar que todo sucede para nuestro crecimiento personal y todo nos conduce a nuestra plena realización como seres humanos. 

Somos pequeñas vasijas llenas de luz, andando por una bella tierra, con la oportunidad de soñar a lo grande y de ponernos a crear un mundo nuevo, donde reine la unión y la armonía, y seamos capaces de tender la mano y ser compasivos, en todos nuestros encuentros, en cualquier circunstancia. 

Es decir, capaces de ser humanos porque para eso hemos nacido. 


sábado, 17 de mayo de 2025

Profundidad infinita

 


Siempre me falta algo cuando no me comunico con lo más íntimo y sagrado de mi persona. Necesito esa conciencia atenta y observadora de los dones que cada instante se hacen presentes, para que yo pueda existir, agradecer y alabar. Para no perderme la auténtica vida.

Siempre me tengo a mano porque yo soy la puerta más cercana al infinito y a los misterios que me rodean y me invaden.

Si hablo conmigo misma con verdad, estoy comunicándome con algo más. Algo que ha tomado mi espacio, mi tiempo y mi voz, y observa el mundo a través de mis ojos y de mi asombro.

Necesito decirme que estoy aquí por alguna razón misteriosa que mis ojos de carne no alcanzan a ver pero mi corazón intuye y agradece. Y saber que todas las ayudas vienen hacia mí y siempre me llega y me inunda la ternura necesaria para el camino.

Ese diálogo profundo conmigo es en realidad diálogo con esa otra dimensión de la misma vida, a la que ponemos el nombre de Dios.

Todo en nuestra vida es trascendente y espiritual porque toda la materia contiene espíritu. Y todo nos adentra de un modo imparable en esa profundidad infinita imposible de definir, que no tiene orillas ni límites. Tan solo la limitamos poniéndole nombre y queriendo definirla, siempre a nuestra imagen y semejanza.

Me muevo entre esas dos dimensiones, lo puedo vivir como dos mundos, pero solo hay una realidad, una experiencia humana que todo lo une, porque soy, y somos, el lugar en el que el todo se manifiesta. Morada y consciencia del universo.


domingo, 11 de mayo de 2025

Con libertad


 Con los pies pegados a la tierra y el corazón abierto al infinito. Con libertad y gratitud. Con alegría. Así quiero vivir.

Sin dejarme atrapar en asuntos que no van a ninguna parte, en trampas que me ocultan la luz del sol.

Yo decido cómo quiero vivir lo que estoy viviendo. Y así, con esa decisión, puedo cambiar mi punto de vista y también mi mundo.

Asumo mis errores, mi indecisión, mi ignorancia, porque soy humana. Acepto todas las limitaciones, y con ellas me pongo en marcha, con actitud confiada porque sé que no estoy sola, que la brisa suave me empuja hacia lugares en calma y puedo hundir mis pies en las tranquilas aguas de la esperanza. Y sin saber nada, nada temo.

Porque sé lo que es ser humana, me pongo cada día a favor de los humanos, sin rechazar, sin juzgar. Esto es fácil de decir pero complicado de practicar, es todo un proyecto de caminar quitando prejuicios y barreras autoimpuestas. Un ambicioso camino de aceptación y entrega en el que quiero emplear mi libertad nada más que para amar.

La vida así vista tiene forma de conquista y de construcción personal, de caminar cuidando lo más próximo y cercano, de no cerrar puertas sino tender puentes y lazos de unión, siempre necesarios para encontrar el sentido. En definitiva se trata de amar y servir, que es el mensaje evangélico.

Aquí estoy en el camino, buscando siempre confiar, asombrada de la fuente que mana en todo y en todos, cuidando mi mundo interior. Con gratitud y alegría. Estrenando cada día libertad.


Somos paz

  La paz es un don que para salir a la luz depende de nuestra respuesta afirmativa, necesita nuestro “sí” y nuestro cuidado. Es algo que ya ...