domingo, 14 de enero de 2024

Vida sencilla

 


Mi vida es sencilla, tengo misiones pequeñas, al alcance de mi mano, un camino que recorrer hacia adentro siempre, y además recibo ayudas sin cesar, porque soy guiada, como todos.

Puedo ampliar la paz del mundo. Esto sucede cuando tengo la valentía de llevar mi paz allá donde voy y la comparto, formando pequeños oasis de calma.

También atesoro momentos de oro puro, que dibujan en mí enormes sonrisas interiores. Esto resulta fácil si quito mis expectativas y mis actitudes egocéntricas, y soy capaz de añadir a cada día una buena dosis de asombro, como si fuera el primer instante que vivo, que respiro, que amo, que sueño.

No siempre estoy atenta a lo esencial, esa es mi tarea diaria: poner mi atención y mi cuidado en las cosas más pequeñas y cercanas, que son las más importantes. Mi misión está en lo concreto de cada día, y en cada paso mío sobre la tierra.

De un modo increíble y muy misterioso el proceso de la vida se desarrolla en mí. A la vez que soy respirada, mis órganos y todas mis células van cumpliendo con lo que tienen que hacer para subsistir. Todo esto sucede sin que yo intervenga.

No menos misteriosa es esa parte que me eleva sobre mí misma, y me conduce por caminos de búsqueda y donde me cuestiono para qué he llegado hasta aquí y qué puedo hacer yo para ser más consciente en este siempre breve tiempo de la existencia en la tierra. Ahí sí que puedo intervenir con mis decisiones y con mi libertad, aunque sujeta y limitada por mi personal mundo de creencias, experiencias, sentimientos.

Saboreo en lo hondo el cosquilleo agradable que da el amor y creo que de todo lo dicho eso es lo más increíble que puedo experimentar y lo que siempre me hace querer más.


2 comentarios:

Fr. Simón dijo...

No menos misteriosa es esa parte que me eleva sobre mí misma, y me conduce por caminos de búsqueda y donde me cuestiono para qué he llegado hasta aquí y qué puedo hacer yo para ser más consciente en este siempre breve tiempo de la existencia en la tierra.

Mónica Inés Pretel dijo...

Atesoro momentos de oro puro en mi interior.
Puedo ampliar la paz del mundo, llevando mi paz interior a dónde voy.
No siempre estoy atenta aló esencial, es mi tarea diaria estarlo.
Cuando me elevó sobre mi misma mi único límite es mi fe.
Precioso Conchi

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