Me sitúo ante el año que comienza, procurando quitar de mi boca todo lo que sean peticiones o propósitos, evito continuamente pedir, creo que es un vicio generalizado y no sano. Siempre queremos más, no se agota nuestro listado de demandas.
Además todas las cosas buenas que pedimos ya las tenemos o están en proyecto y en algún momento ocurrirán, no somos nosotros quienes manejamos el tiempo, ni llevamos los hilos de nuestra historia.
Por todo esto, ante el año recién llegado si no pido nada, me queda agradecer y eso sí lo voy a hacer, porque me sale del corazón y además sé que es muy sano.
Agradezco haber llegado hasta aquí y haber tenido tantas oportunidades como días para ir abriendo de un modo lento pero seguro ese cielo que no solo está sobre mi cabeza sino que está en mí y en todo. Y es lo que da sentido a mis días.
Me emociona haber llegado hasta aquí acompañada por tantas personas amadas con las que comparto mi caminar, mis anhelos, mi ternura y también mi fe. Me siento privilegiada por tan buena compañía, no solo de la familia sino de tantos y tantas compañeras de viaje, amigas, hermanas.
Es un lujo poder leer entre las líneas de la vida los mensajes y aprender las enseñanzas a mí destinadas. Y una satisfacción poner mi disponibilidad al servicio de lo que me va llegando.
Es imposible desear más porque ya tengo todo lo que necesito, ni un poco más ni un poco menos.
Ese no desear nada más me hace sentirme llena de una gran alegría y una inmensa paz.
Dice Isaías: “Yo te enseño lo que es para tu bien y te guío por el camino que debes seguir.” En esa guía está mi fuerza y mi confianza.
1 comentario:
Agradezco haber llegado hasta aquí.
Me emociona haber llegado hasta aquí,
En tan buena compañía.
Me siento privilegiada por la compañía y tantas oportunidades como días vividos.
Me encanta Conchi.
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