Quiero buscar en cada momento lo que permanece, lo que es mi yo y tu yo verdadero, la luz que no cesa, no se acaba.
En mi búsqueda siempre encuentro, si acepto lo que hay y amo la realidad como lo más grande que me puede pasar. Si no espero nada, lo tengo todo. Si no pongo barreras, todo fluye por los cauces adecuados.
Egoísmos y cegueras son muros que yo derribo con la luz de mi mirada. Nada me puede impedir avanzar y llegar a mi destino, todos los cruces de camino me son necesarios. Todo viene en mi ayuda. Esa es mi fe. Es mi roca también, porque ahí tengo mi fuerza.
Soy responsable de mi ser y mi actuar en el pequeño espacio en el que me muevo. Con lo que irradio creo un mundo nuevo necesario para mí. No es tanto lo que hago sino la intención, la actitud, la postura ante la vida. Realmente no hay que hacer gran cosa, porque todo lo recibimos.
Cada paso me capacita para el paso siguiente, cada aliento y cada segundo de mi vida me llevan a un lugar que no conozco pero de donde recibo algún rayo de luz aislado que me sienta muy bien y me confirma que todo se desarrolla según el plan previsto.
Puedo decir que camino sin comprender pero confiada. Esa confianza es el regalo más grande para un ser humano.
En este corto y maravilloso trayecto entre las estrellas, me gusta mucho animar a todos a confiar en que la búsqueda particular de cada uno va por buen camino, porque somos siempre guiados, y además la vida es nuestra casa para toda la eternidad. “En tu casa, oh Señor, por siempre viviré”
2 comentarios:
Quiero buscar en cada momento lo que permanece, lo que es mi yo y tu yo verdadero, la luz que no cesa, no se acaba.
Me sostiene lo que permanece, buscando siempre mi yo y tu yo verdadero, sin muros de egoismo, llenandome de luz, caminando sin saber pero confiando. Que bello Conchi
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