No descanses

 El mismo día que asesinaron a Gandhi, había escrito una preciosa plegaria. Era claramente un mensaje para nosotros. En resumen decía: “No descanses, no ceses en tu lucha solitaria, aunque camines por caminos confusos y enmarañados, a pesar de las dificultades, no pierdas la fe, no descanses, procura descanso a los demás.”

El camino nunca lo veremos con claridad, nos agotaremos con las dificultades de cada jornada, parecerá que no avanzamos, pero no perdamos la fe y la esperanza, y siempre ayudemos al que está a nuestro lado. En esa mutua ayuda está nuestra alegría y sentido.

Cuando este mensaje llega a nosotros, nos da una fuerza increíble, porque nos sentimos unidos en la búsqueda y también en el desaliento, Todos estamos igualmente necesitados, somos seres hambrientos de otro pan, sedientos de otra agua. Pan y agua que paradójicamente somos nosotros, es nuestra esencia.

Si tenemos consciencia de que todos somos igualmente necesitados, será más fácil la aceptación plena del que camina con nosotros porque sabemos que vamos en busca de la misma fuente.

Quien nos envía este precioso mensaje a través de Gandhi, nos conoce, nos anima una y otra vez por boca de grandes personas. Sus palabras nos llegan muy adentro, son bálsamo y ayuda para avanzar y no quedarnos en las dificultades, que siempre existen. Mirar más allá y siempre de la mano de nuestros hermanos, avanzar, ayudándonos unos a otros, y agradeciendo en todo momento.

Lo que nos da sentido es el servicio, la entrega, darnos. Ahí está nuestra meta, lo que nos hace humanos.

Que nos mantengamos unidos, que siempre procuremos descanso a los demás y así lleguemos a ser un único corazón agradecido.

“Todos los hombres se tornan hermanos allí donde tus suaves alas se ciernen” (Oda a la Alegría)