La vida es el mayor bien y el más grande regalo que recibimos. Conviene que nos hagamos la pregunta de cómo la cuidamos y la saboreamos y ver si dedicamos tiempo y energía a agradecerla, o si estamos demasiado distraídos de lo esencial, absorbidos por preocupaciones inútiles.
Hagamos que cada instante sea importante, que cada momento sea único, estando en contacto con nuestra bendita energía creativa que siempre nos acompaña. Dejemos nuestro buen hacer en el mundo y lo que no podamos arreglar y solucionar, aceptémoslo y dejemos que suceda, porque todo tiene su proceso y hay que respetarlo.
“El hombre es infeliz porque no sabe que es feliz”, (Dostoievsky). Ignoramos nuestro gozo profundo, que es el tesoro que viene incorporado a la existencia, y vamos mendigando otras cosas, como tener reconocimiento o alcanzar éxito. Nuestra fuente interior nos alimenta con lo que necesitamos. Lo que trabajamos y cuidamos en nosotros mismos, lo sembramos también para el mundo, porque no hay separaciones ni distancias, todos estamos unidos en una única vibración, en un mismo corazón. Todo sirve a todo.
Personalmente, no quisiera pasar por la vida de puntillas, sin enterarme, sin sentir emoción ante la belleza que diariamente viene hasta mí, que es el poso divino de cuanto existe. No quisiera haber vivido sin saber que todo lo creado está a mi servicio y los cielos me declaran insistentemente su amor.
Todas las experiencias me son necesarias, no hay pasos falsos ni equivocados. No camino sola. Todo me conduce a mi paz interior y mi alegría, que son mis cimientos verdaderos.
Que nuestro primer paso cada día sea agradecer la vida y ponernos a su servicio.
2 comentarios:
La vida es el mayor bien y regalo. Lo que trabajamos y cuidamos en nosotros mismos, lo sembramos también el mundo.
No pasemos por la vida de puntillas sin emocionarnos ante su belle. Agradezcamos cada día. Gracias Conchi por regalarnos la belleza de tu literatura.
los cielos me declaran insistentemente su amor.
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