domingo, 26 de marzo de 2023

Como moneda

 


“Yo me cuento, mi Dios, como moneda

y tuyo es el derecho de gastarme”. (Rilke)

Venimos al mundo con unos dones, unas características especiales cada uno, que están para ser gastadas, no tienen otra finalidad que volcarse en el bien de todos.

Tenemos una tarea o misión, estamos colocados en el momento y lugar exacto para realizarla. No pensemos en cosas extraordinarias, misiones imposibles, más bien son faenas minúsculas, de nuestra talla y a nuestro alcance, que están en lo que tenemos delante, en el día a día. Viene bien recordar esto porque cuando hablamos de misión nuestra cabeza nos lleva a la otra parte del mundo donde podríamos estar ayudando, pero esa no es nuestra realidad.

Una moneda nunca gastada es como una vida no vivida, y esto no es tan extraño. Esto ocurre todas las ocasiones en que nos cerramos, y dejamos de utilizar nuestra buena energía, cuando vamos con el piloto automático que nos hace imposible ver lo increíble que es la vida y el milagro de la creación. Cuando de nuestro corazón no sale gratitud, ni nuestros ojos se abren de asombro. También cuando las personas no se sienten amigas y hermanas de todo cuanto existe.

Por el contrario, si gastamos y vivimos la vida, no será todo color de rosa, puede ser que el corazón se nos rompa, que nos duelan los acontecimientos y tengamos momentos de oscuridad, pero siempre saldrá a flote nuestra entrega confiada, nuestro sí emocionado a ser mediadores o facilitadores y nos iremos gastando en favor de la paz, la armonía y la bondad. Eso sí que es vivir.

De esta manera veremos cómo lo que hacemos, por pequeño que sea, se transforma en un tsunami de gozo interior, que es lo que nos hace sentirnos realmente vivos.


4 comentarios:

José dijo...

Nada que decir mucho que agradecer y gastar.

Mónica Inés Pretel dijo...

Que decir, perfecta comparación, gastemosno sin reservas, tengamos la seguridad que más de una vez el corazón se nos romperá, pero saldremos adelante pues no quedará en nosotros la duda de no haber dado todo, la misión siempre está a nuestro lado y requiere paciencia y humildad, es un trabajo de hormiga. Gracias Conchi por tus enseñanzas.

Mariano Jorge Barresi dijo...

Hermoso, cómo transitar nuestro camino,la felicidad como la luz que se escapa a las cortinas de las ventanas. Me encantó.

Fr. Simón dijo...

Tenemos una tarea o misión, estamos colocados en el momento y lugar exacto para realizarla. No pensemos en cosas extraordinarias, misiones imposibles

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