Esperanza

 La esperanza es la dueña y señora de todos los corazones humanos, cuando estamos en esta orilla de la vida. 

Nadie espera el desamor o la tristeza, aunque a veces se nos crucen en el camino. Siempre esperamos algo mejor, más bueno, más hondo, más tierno. Al esperar lo mejor, ponemos nuestra energía al servicio de ese sueño, movemos el corazón hacia ese horizonte de luz que nos atrae.

Creo que la esperanza es un regalo que recibimos para vivir en este corto trayecto sobre la tierra, nos abre los ojos a la belleza y la grandeza de cada pequeño detalle, de cada momento, porque todo es anuncio de algo. Sin ella no podríamos ponernos en camino cada día.

Caminar esperanzados nos permite elevar la mirada sobre las pequeñas dificultades que se nos presentan, nos da la fuerza necesaria para vivir. Nos abre puertas, que permanecerían cerradas sin ella. Puertas para expresarnos tal como somos, con ese potencial infinito, y muchas veces ignorado, que poseemos.

Esperar no es solo soñar, nos ayuda a superar los malos momentos y transformar nuestra realidad. Caminas por la esperanza que tienes.

El mayor misterio vive en nosotros, está a nuestro servicio y nos da el impulso que necesitamos, nos lleva a nuestro destino de amor. Esa es nuestra esperanza.

Somos buscadores incansables porque tenemos nostalgia de algo. Así es como nos ponemos en marcha cada día para ser mensajeros de buenas noticias. También para alumbrar sueños y transmitir amor. 

Buen proyecto de vida, la mejor tarea tenemos por delante.