miércoles, 4 de enero de 2012

Hay un lugar


Hay un lugar dentro de nosotros mismos, donde podemos entrar siempre que queramos. Ese lugar es nuestro país auténtico.

Cada mañana, cuando nos levantamos, emprendemos camino hacia él.

Todos marchamos hacia esa misma patria, somos compañeros de camino, porque es un lugar común que está en el interior de todas las personas, y nos pertenece a todos.

En ese lugar, nos encontramos bien. Y a él podemos volver siempre que lo deseemos.

A veces nos hace falta ayuda, alguna indicación, para encontrar el camino, y la misma vida se encarga de dárnosla, nunca nos deja desasistidos.

Ahí es donde nos encontramos con todo lo que amamos y también con el mismo amor.

Cuando vemos gente desesperada, angustiada, descentrada, es que aún no han encontrado su lugar interior, andan vagabundos, errantes, por los alrededores de sí mismos. Y por eso no llegan a ver el sentido y la profundidad de la vida cotidiana.

Se da la circunstancia de que es en nuestro mismo ser imperfecto y lleno de debilidades donde encontramos la paz que andamos buscando.

Cuando una persona expresa alegría después de haberle tocado la lotería, no hace nada extraordinario. Pero si en el sufrimiento, en los fracasos, en la enfermedad podemos ser dichosos, se revela en nosotros una presencia y una acción que no es nuestra: es una bendición que se manifiesta a través nuestro.

“Dios ocupa en nuestra vida el lugar que reservamos a la alegría, nuestra tristeza es la medida exacta de nuestro apego a nosotros mismos, y denuncia nuestro egoísmo.” (Louis Evely)

Cuando encaramos todas estas cuestiones desde una situación real de desamor, injusticia o de falta de salud, no es demasiado fácil conjugar el sufrimiento con la alegría.

Por eso pidámosle ayuda al único que nos la puede dar y ya nos la está dando, para no alejarnos del terreno divino de la alegría, en todas las circunstancias por las que nos toque pasar.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Tú trasmites alegría, hormiguita. Gracias!

Anónimo dijo...

Quiero mecerme toda mi vida en los brazos del amor, la paz y la alegría.

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