domingo, 4 de diciembre de 2011

Dar lo que me dan


Cuando te ofrezcan algo, te den un consejo, un libro, te llegue una información, un gesto de acercamiento, una sonrisa o abrazo… acéptalo y piensa que eso que te dan va especialmente dirigido a ti y no precisamente por la persona que te lo está ofreciendo.

El Ser Infinito se dirige a nosotros con todo lo que nos rodea, pero no con voces o con visiones, eso sólo le pasa a los que son Santa Teresa o San Juan.

Hoy he leído en la Biblia: “¡Te saludo, favorecida de Dios! El Señor está contigo” (Lc 1) Y he sabido inmediatamente que ese saludo era para mí. Ya sé que se lo dijeron a la Virgen María hace 2000 años, pero es igual de cierto para mí, ahora. Y, por supuesto, para todos los seres humanos que al leerlo sientan que se dirige a ellos.

Las personas sentimos impulsos, que son dirigidos por la batuta de la Sabiduría que tiene que ayudar y sacar de la ignorancia a millones de mujeres y hombres, cuyas “vidas le son de gran valor.” (Sal 71)

Estos días, debido a la enfermedad de un familiar muy cercano, estoy recibiendo hondos abrazos, palabras de consuelo, de ánimo, de amistad. Yo ya sé quién está dentro de esos abrazos y de esa ternura, quién me da su compañía y su luz a través de mis hermanos y utiliza sus medios que son infinitamente amorosos para llegar hasta mi puerta, hasta mi dolor y mi corazón, para ponerse a mi servicio.

Yo tomo humildemente toda la paz que se me da y con ella doy gracias todo el día, y quisiera transmitirla al mundo entero, para que todas las lágrimas se conviertan en perlas preciosas, y nuestro paso por todas las dificultades de la vida siempre sea un caminar hacia la luz.

Quiero dar lo que a mí se me da. Regalar mi paz y mi alegría a todos los que leen estas palabras y a los más necesitados de la Tierra.

“Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis.” (Mt 10)

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias mamá, te quiero.

Anónimo dijo...

Eres entrañable. Cada día admiro más tu forma de ver la vida, tu manera de afrontar cada cosa que te sucede, tu entereza y tu alegría. Eres un gran ejemplo a seguir. Y estas semanas estoy comprobando que tu hija te sigue de cerca. SONRISAS, hormiguita.

Anónimo dijo...

Querida Conchi, cada vez que algo te sucede, veo en ti, la presencia de ánimo, que te envuelve, para defenderte en la lucha.
Para lo que me necesites, dame un toque...
Intentaré serte útil, como muchas veces lo has sido tú para mi.
Un abrazo

Anónimo dijo...

Querida Conchi, tus palabras entran directas al corazón. He leido rcientemente tu libro: Mi vida es la puerta y me estoy sintiendo muy fortificada. Encuentro sobre todo ternura en tus letras y hace que me exprese con una ráfaga de agradecimiento.

Por todo aquello que es bello
canto a al vida canto al amor
al niño que asoma al mundo
a su ternura a su temblor.
Un abrazo Paz.O

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