domingo, 15 de junio de 2025

Todo es música

 


Llega hasta mí el testimonio de tantas vidas apasionantes, tantas palabras inspiradas que me orientan en el camino, y sin embargo aún me cuesta confiar en que la misma vida me guía, a veces creo que estoy sola y que todo depende de mí. Nada más lejos de la realidad. 

Podría decir que en la teoría lo tengo más o menos claro, pero en lo concreto de cada día algo falla. Es como si aún estuviera en el curso preparatorio para ser humana, pero a estas alturas de mi vida ya tendría que estar en un curso más avanzado. Cada vez tengo menos certezas, veo que no me sirve lo aprendido y me encuentro al borde del abismo del no saber, donde solo puedo dar pasos si confío.

Tengo en mí los dos extremos, la fragilidad por un lado, y por otro, la capacidad de resistencia, que equivale a la fuerza que puede mover montañas.

Me siento afortunada cuando me llegan palabras que me acarician y me reconfortan: “Estamos en el lugar donde todo es música” (Rumi). Este mensaje me llega al corazón, porque veo que hay notas de esa música que resuenan en mí y esa es mi ancla más firme, mi refugio que no pasa ni se destruye. Esa música, que también se llama amor y paz, es mi auténtico hogar.

Todo lo que lleva a Dios pasa por las relaciones de amistad conmigo misma, con los demás y con todo lo creado. Ahí es donde está mi religión y mi misión, en la misma vida de cada día, que está dentro del útero en el que habito y de la fuente desde donde emano en cada momento. Visto así, la vida se ve diferente.


1 comentario:

Mónica Inés Pretel dijo...

Todo lo que es amistad me lleva a Dios.
Todo es música, a veces soy frágil, a veces soy fuerte.
Gracias Conchi

Todo es música

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