La sabiduría de la vida

 La vida tiene sabiduría por sí misma y se expresa a través de cada uno de nosotros. Todos tenemos en nuestro interior algo que tiene que ser dicho, hace falta nuestra presencia, que es nuestra palabra auténtica allá donde estemos.

De un modo más o menos consciente, con nuestros gestos, palabras e intenciones transmitimos lo necesario para ponernos en el camino de la verdad. Es un proceso que nos va transformando y llevando a la alegría de vivir desde dentro, desde la profundidad y la calma.

Todo se va aliando para que encontremos nuestro camino único y personal de realización, y poco a poco veamos el sentido a lo que somos y hacemos. 

En primer lugar tendremos que dejar a un lado nuestras exigencias y expectativas, para empezar a saborear lo que somos y lo que hay. Y ese proceso básicamente se nos regala, porque la misma vida cuida de nosotros, nos atiende con ternura, se adelanta y nos sorprende con tantas aparentes casualidades, que están programadas desde el principio del tiempo para que nos llegue la luz que necesitamos.

Algo tenemos que cambiar para que podamos ver las bendiciones que hasta nosotros siempre están llegando. “ No te preocupes por los accidentes que produce el mundo sin cesar. De todo lo que ocurre, nada es duradero. Considera cada instante como una suerte” dice Rumi.

Las palabras de los grandes sabios, que son los grandes santos, nos traen la sabiduría necesaria. No cerremos los oídos a esas palabras que pasan a través de ellos y son para todos nosotros.