Alumbrado permanente

 

“Instalar un alumbrado permanente de eternidad sobre el paso de los minutos, independientemente de los acontecimientos que los llenen” (Simone Weil)

Ese “alumbrado permanente” es necesario para poner las cosas en su sitio, para no dar importancia a lo que es intrascendente y para subrayar lo esencial.

Con esa luz diferente cambia el color de la vida porque incluye todo, absolutamente todo, como necesario en el camino personal de cada uno. En los obstáculos se sacan fuerzas que ni sabíamos que teníamos, en lo pequeño está lo más grande. Todo está en cómo lo vemos. 

Cada minuto cuenta, cada respiración, todo suma en nuestro caminar, todo añade algo necesario. Darnos cuenta de esto es un gran paso, porque pasamos de la queja al agradecimiento, de la preocupación a la alabanza.

Cuando vemos la Tierra desde el espacio es como una mota de polvo, así de pequeños somos. Esa es la perspectiva que tenemos que mirar para bajarnos del pedestal, y alegrarnos de que siendo tan insignificantes se nos haya regalado tanto, y así poder tomar conciencia del privilegio de estar aquí. 

“Alumbrado permanente de eternidad”. Me gusta, lo quiero para mí y para todos, creo que es práctico, útil, completamente necesario. Nos hace ver todo con visión positiva y con otra perspectiva más trascendente.

A veces, nombrar las cosas de otra manera nos ayuda a salir de nuestra rutina y de nuestra ceguera. Construyamos nuestra interioridad con palabras que nos lleven a abrir los ojos y nos empujen a caminar esperanzados.

Que lleguemos a darnos cuenta de ese alumbrado, esa luz que siempre y en toda circunstancia nos acompaña y nos lleva a vivir en profundidad y en dicha.