miércoles, 20 de noviembre de 2013

Nueva Evangelización


He participado en un congreso sobre la Nueva Evangelización. Me han dicho que hay que hablar de Dios con un nuevo lenguaje, y hay que revisar nuestra fe, ver cómo vivimos la esperanza y el amor. Hay que construir una espiritualidad sana y salir al encuentro de las personas, con entusiasmo e ilusión.

Nuestro contexto social no es precisamente el adecuado para hablar de todas estas cosas, pero dentro de nuestra naturaleza está el ser profetas (literalmente: el que habla).

Para esta nueva evangelización hace falta un primer anuncio, una manera cálida y entrañable de dar a conocer a Jesús.

¿Te atreves a hablar de Jesús ante familiares y amigos? Esa pregunta nos han hecho.

Yo soy una persona que habla con bastante frecuencia, y también escribe, sobre la trascendencia que se nos manifiesta de infinitos modos y con muchísimos matices.

Me confieso cristiana, seguidora de Jesús de Nazaret, Pero también me sitúo de modo natural, al margen de religiones y mandatos.

Reconozco que hay terminologías y ritos que me dejan indiferente y hasta me aburren. Y precisamente en este tema huyo de los aburrimientos, porque quiero estar bien despierta a todo lo que pasa por mi interior, a los indicadores del camino, a las llamadas y avisos.

Me quedo con la frase que escuché: “no habrá evangelización nueva ni vieja si no hay espiritualidad sana”. Eso sí que lo entiendo, y me mueve a formarme y a caminar.

Conviene que nos revisemos de cuando en cuando, que veamos cómo funciona nuestra fe, cómo es nuestro amor y qué lugar ocupa la esperanza.

Y también recordar que en nuestro camino de fe, todo tiene que empezar por la oración, porque nos sentimos en un encuentro íntimo con una persona viva, con quien dialogamos.

Nuestra fe tiene que ser una fuente de agua clara que impregna nuestros lugares de vida, trabajo, grupos, actividades sociales. Tiene que ser un oxígeno puro y refrescante que lleve aire nuevo allá donde vayamos. Eso, sin más, ya es ser evangelizador.

Nuestro Espíritu amigo nos facilita el camino de muchas maneras. Es importante ese primer anuncio, esa manera cálida, empática, de conocer el mensaje y la persona de Jesús, como el amigo que nos acompaña actualmente, y no nos va a dejar abandonados a nuestra suerte.

Invito a leer los Evangelios con ilusión, lo que en ellos se nos cuenta es verdadera sabiduría, y es de rabiosa actualidad. Subraya los mensajes que están ahí escritos para ti. Y camina sintiendo que Jesús es tu amigo.

No hay comentarios:

Somos paz

  La paz es un don que para salir a la luz depende de nuestra respuesta afirmativa, necesita nuestro “sí” y nuestro cuidado. Es algo que ya ...