El sentido del camino

 

Cada uno tiene su proceso y su forma especial de caminar, sin embargo, el sentido del camino no está en acabarlo, sino en el camino mismo. Ese es el gran descubrimiento. No tenemos que ir a ninguna parte más que adonde ya estamos caminando, porque ese mismo caminar es la meta.

El paso decisivo que posibilita nuestra construcción real se da en el presente. Ser conscientes de esto nos cambia los esquemas, porque ya no tiene sentido la visión de una meta que parece que nunca podemos alcanzar.

La realidad es aquello a lo que nosotros prestamos atención, por lo tanto podemos crear nuestra propia realidad, focalizando la mirada en lo que queremos y poniendo límites a lo que no nos interesa. 

Hemos sido creados para madurar y desarrollarnos, y eso es lo que hacemos en cada paso del camino, donde se nos dan los encuentros y las soluciones que necesitamos, que igual no son las que esperamos, pero nosotros no siempre sabemos lo que nos conviene.

No podemos comprender con la razón que nosotros mismos ya lo somos todo, porque nuestra naturaleza es divina. Vivimos para poder experimentar esto aquí y ahora, en este presente infinito y grandioso.

Atender amorosamente este recodo del camino pleno de energía, en el que nos encontramos, será nuestra tarea prioritaria. Toda la gratuidad y la riqueza de la vida están a nuestro servicio. 

“El que tenga sed, y quiera, venga y tome gratis del agua de la vida.” (Ap 22,17)