“La fe
cristiana es un proyecto de sentido en el mundo, una llamada interior que se
traduce en un obrar, en una vida exterior. Se impone la tarea de presentar un proyecto vital que pueda
suscitar entusiasmo y novedad, anhelo de vivir con profundidad”. Esto dice
Francesc Torralba.
Eso de “presentar un proyecto vital” me gusta.
Voy a presentar el mío:
1-
No me olvidaré de que la
vida es un regalo y tiene un sentido.
2- Trataré todo lo que sucede como “asuntos sagrados”.
3- Daré máxima importancia a la formación de todo tipo.
4- Mi intención estará puesta en posibilitar y pacificar.
5- No me desanimaré ante mis errores y mis torpezas.
6- Seré transmisora de buenas noticias, animadora siempre.
7- Buscaré un nuevo lenguaje que me haga mantenerme despierta.
8- Encontraré momentos en cada jornada para hacer silencio y para
dialogar en mi interior con mi huésped divino.
9- Daré gracias una y mil veces.
10-Pediré el don de la confianza.
Podría poner más puntos, pero creo
que son suficientes y que abarcan ampliamente mis inquietudes e ilusiones más
hondas.
Si alguien que lo lea se anima, nos
encontraremos en este proyecto, en este camino. Hago hincapié en no dejarse
desanimar por las propias debilidades. La tentación del desánimo es de las más
extendidas, hay que posicionarse conscientemente para verla venir y no caer en
ella.
Como animadora que me siento, animo
a todos a crear su propio proyecto o unirse a este, a enrolarse en el carro del
entusiasmo y la alegría, para poder vivir con profundidad y contagiar a todos
de la frescura de una vida sencilla.
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