domingo, 21 de octubre de 2018

Perforar


Perforar en mi materia, para llegar a la única luz que puede alumbrarme el camino.

Madeleine Delbrêl nos habla de las perforaciones, “estemos donde estemos, allí está Dios”, podemos conectar durante unos segundos con él, en medio de nuestros trabajos y ocupaciones. Son pequeños instantes que dan sentido a toda la jornada. “Son momentos de oración preparados para nosotros, en la medida en que nosotros estemos preparados para ellos”.

Perforar es recordar también para quién vivo, quién me ha soñado y me ha dado un nombre, por amor. Quién me está esperando con paciencia infinita, dentro de mí, en cada momento.

Para esta oración breve, no hace falta “tener tiempo”, se puede hacer mientras se espera el autobús, en la cola del supermercado, atendiendo mis quehaceres.

Es decir, sencillamente: “Aquí estoy, para ti”, “Gracias, gracias, gracias”, “Qué bien que estás aquí”.

Cualquier frase sirve, de las que nacen en lo más hondo. También cualquier plegaria: “Padrenuestro”, “El Señor es mi Pastor…”

Esos instantes nos conectan con la trascendencia, en la que vivimos sin ser conscientes de ello, nos elevan sobre nuestra materia y nos llevan al mundo espiritual, más allá de nuestros sentidos, de lo que vemos y tocamos.

Todo pasa y todo desaparecerá, pero no mi yo verdadero, que es el que busco en mi interior, con el que quiero conectarme en mis oraciones y, también, en mis breves y entrañables perforaciones.

El Amor siempre quiere llegar hasta mí, y lo hace en el momento que yo le dejo. La iniciativa de esos momentos de encuentro, o perforaciones, parte de mi fiel enamorado.

Todo está preparado para que esa parte mía despierte, no hay vuelta atrás. Tan solo tengo que creérmelo y disfrutar de ese feliz alumbramiento.

No hay comentarios:

Convertirse

  La buena intención es necesaria en cada paso del camino, y también es nuestra luz más cercana, con ella aprendemos a vivir estando en paz ...