domingo, 13 de mayo de 2018

Aquí estoy


Cuando pienso que me falta algún paso para llegar a la meta, estoy equivocada. El milagro de la creación en la que estoy incluida, es perfecto. Se trata de honrarlo y alabarlo todo. Porque todo es manifestación divina.

Cuando cambiamos nuestra visión y miramos con ojos asombrados, vemos que todo viene en nuestra ayuda. El big bang interior que cada persona experimenta también es necesario.

En mí misma hay espacio amplio donde cabe todo: buenos y malos momentos, esperanza y desesperación, les doy la bienvenida, vienen de parte de alguien que me ama entrañablemente.

San José Mª Rubio: “El camino de la santidad es hacer lo que Dios quiere y querer lo que Dios hace”. Hacer y dejarnos hacer, con alegría, no con resignación. Una expresión muy común de saludo es: “Aquí estoy, aguantando”. Pura negatividad. Mejor cambiar “aguantando” por “agradeciendo”. La positividad es la base de la paz interior, y con ella tenemos el acceso abierto a nuestros recursos naturales de sanación, que nos hacen crecer hacia lo hondo y lo alto.

Todas mis sensaciones, sentimientos, experiencias, son expresión de vida. Esa vida que es el mismo Ser Divino que en mí se hace Presencia Amada. No hay que rechazar nada, en el cielo hay suficiente espacio para los días lluviosos y los soleados.

Aquí estoy, Señor, alabando y agradeciendo la vida.



“Aquí estoy, mi Dios,

como un ave que vuela en pleno cielo,

como un punto de luz,

como barco en busca de algún puerto.



Todos los vientos son mensajes de una voz,

todas las risas son anuncios,

todos los rostros emisarios,

todos los días se convierten en un paso.



Aquí estoy, mi Vida,

dentro de mí, agazapado,

contemplando la creación

en lugar privilegiado,

conociendo al gran actor,

en cada escena transformado.



Aquí estoy, mi Luz,

aprendiendo el sufrimiento necesario,

resbalando en los terrenos inseguros,

tropezando en las esquinas,

resurgiendo en los fracasos.



Aquí estoy, mi Amor,

como agua que brota en el desierto,

como aroma de flor,

como estrella fugaz del universo.



Y me dirijo a ti, junto mis manos,

y le presto mi voz a lo creado,

porque me has concedido

ser divino y ser humano,

porque me alimentan los abrazos

y los gestos de la tierra,

porque no puede pasar ni un día

sin que te quiera.”

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