A la orilla de mi querida soledad, a las puertas de mi centro, esperando
escuchar la voz que me declara su amor en cada amanecer. Ahora, en este
momento, porque no existe luego ni después. Se vive ahora.
Mis posibilidades son limitadas si miro mis propias fuerzas, estoy hecha de
huesos cansados y temores, de proyectos de futuro y recuerdos. Me cuesta
aterrizar en mi presente de amor eterno. Pero lo intento.
Al mismo tiempo tengo infinitas posibilidades porque Alguien dirige mis
pasos y me transporta con la magia de su corazón enamorado.
Sigo siendo una guerrera al servicio de la bondad, atenta a la llamada que
me levanta y me ayuda a continuar entre escollos y entre sombras.
Soy un ser más, ignorante de todo, bendecida tan solo por el hecho de
existir y de soñar.
Ensanchar mi propio espacio humano, soltando tensiones que me aprisionan el
corazón. Por debajo de superficialidades buscar la verdad de mi vida, la que me
hace libre.
Alcanzar un nuevo nivel de consciencia, para vivir con dignidad. Estar en
un continuo proceso de cambio y profundización, porque no me puedo dormir ni
aletargar en el camino.
Una persona nueva nace en mí cuando pongo mi mirada en lo esencial: la
Presencia que me trasciende, me sostiene, me abre sendas, me ama.
Es un sentimiento cálido y tierno, que no puedo expresar con palabras, ni
mucho menos intentar convencer a nadie.
Es sencillamente la experiencia íntima del amor divino en una pequeña
persona.
1 comentario:
Bendigo tu apuesta por ser instrumento de bondad
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