Me gusta coleccionar frases que son faros en mi caminar. La última que me
ha llegado es la moraleja de un relato que dice: “Nuestro viaje juntos es tan
corto que no es necesario discutir por insignificancias.”
Cada vez tengo más claro que nuestros auténticos maestros son los que nos
crean dificultades. Las situaciones conflictivas nos permiten formarnos en
profundidad y buscar lo esencial y más puro que hay en nosotros mismos.
Si de dentro me sale ansiedad o rencor, es la señal de que algo tengo que
sanear. Siempre mi meta es la paz, y ahí es donde tengo que emplear toda mi
energía. Pensar en lo efímero de la vida y de las relaciones me ayuda.
Realmente esta existencia es un viaje en el que vamos descubriendo los
tesoros que transportamos en nosotros mismos. Y es precisamente en los conflictos
donde tenemos ocasión de sacar a la luz los dones recibidos.
La parada para apearnos de este viaje siempre llega pronto, por eso es mi
elección disfrutar y encontrar el buen sabor de cada pequeño recorrido y
practicar a toda hora el agradecimiento, que es la puerta del cielo aquí en la
tierra.
Si consigo viajar en armonía y alegría con los que me acompañan, entonces
mi vida espiritual estará a salvo y habrá merecido la pena este viaje.
Mi mayor responsabilidad es cuidar esa vida interior, porque lo que yo doy
al mundo, este me lo devuelve. Mi faena es seleccionar lo mejor de mí para
entregarlo como ofrenda y después recibirlo como regalo.
“La gente cariñosa vive
en un mundo con cariño. La gente hostil vive en un mundo hostil. El mismo
mundo.” (Dr. Wayne Dyer).
1 comentario:
Predicadora en el desierto, lograrás sembrar fe y amor porque lo tienes
Publicar un comentario