El Papa Francisco en la Exhortación Apostólica “Amoris Laetitia”, cap. V,
nos dice: “Quien se acerca al Cuerpo de
Cristo, no puede al mismo tiempo ofender este mismo Cuerpo provocando
escandalosas divisiones y discriminaciones entre sus miembros.”
Todos formamos parte del mismo Cuerpo. Nuestra energía recorre nuestras
venas y también las del universo. Junto con esa energía viene y va el amor, la
alegría, la paz. Lo que das vuelve a ti.
Limpiar los caminos interiores repercute en todo mi mundo, porque no hay
dentro y fuera, solo universo.
Cuando yo amo, lo hago con el único Amor que existe, no hay dos. Es el
Dios-Amor manifestándose. Y mi dicha forma parte de la misma Alegría verdadera
que lleva en sí la existencia.
Hay un proverbio que dice: “La comunidad de los vivos es el carruaje del
Señor.” Todo es manifestación divina.
Todos estamos hermanados hasta el infinito porque brotamos de la misma
fuente, la misma intención.
Entre todos formamos ese carruaje visible que transporta lo que es
invisible y nos trasciende. Lo más
extraordinario es que todos somos diferentes y únicos, eso lo experimentamos
muchas veces. Cada uno tiene algo original que aportar, solo tenemos que llegar
a ser lo que verdaderamente somos. Y para ello formarnos, quitar impedimentos,
aprender libertad y ser valientes para defender el tesoro que llevamos en
nuestra persona.
Nos iguala esa sed de infinito. Para calmarla no siempre andamos por
caminos adecuados, también nos equivocamos cuando nos centramos en nosotros
mismos y aspiramos al éxito y la
abundancia como única meta.
Si nos ayudamos unos a otros, ese Cuerpo al que pertenecemos adquiere su
pleno sentido.
Poner nuestra intención y energía al servicio de todos es la máxima
sabiduría que podemos alanzar.
1 comentario:
Todos somos diferentes y únicos
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