miércoles, 1 de febrero de 2017

Saber y sabor

Sabiduría significa saber y también sabor, dos significados que se complementan. Seguramente es dar testimonio del sabor que tiene la vida para cada uno, porque lo importante es encontrarle el gusto.
Cuanto más nos quitamos de en medio con nuestro egocentrismo, más la vida se nos manifiesta tal cual es, porque ella ya tiene un plan para nosotros.
La mujer sabia, el hombre sabio, dan testimonio con su aceptación, con su ser colaborador y creativo, con la fe que ponen en todo lo que hacen.
“Quizá haya una sola condición para devenir sabio, para encarnar la vida conscientemente, vitalmente: hacerse vulnerable a ella, exponerse a lo que nos trae, padecer lo que nos ofrece: dejarnos tocar.” (Hugo Mújica).
A qué sabe la vida: a alegría y a dolor, a triunfos y pérdidas, a luces y a sombras, a posibilidades sin límites. Y en todo ello hay una belleza que nos podemos perder si escondemos la cabeza en el caparazón de la indiferencia y cerramos los ojos a la realidad.
Aprendamos a vivir plenamente lo que nos toca vivir, con la mejor disposición y con muchas sonrisas.
Ahora ya sé que para ser sabia tengo que saborear con todos mis sentidos: beber y reverenciar el aire que me alimenta, escuchar las notas divinas que suenan a través de mí, ver los cielos que iluminan mi caminar, oler el aroma de cada momento, tocar y besar con emoción mi realidad.

Porque estoy viva, y la vida tiene el sabor que yo le quiera dar.

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