Me encanta cuando leo a Carmen Jalón en “Crear cultura de interioridad”: “Lo espiritual tiene el sabor de lo
material, del placer, de la libertad, de la novedad, de la creatividad, de la
vida”. Y habla de la ducha, de limpiarse los dientes, sentarse a una mesa…
Sigue diciendo: “Todo es susceptible
de adquirir una significación más profunda si tomamos consciencia de ello y lo
convertimos en ofrenda y ocasión de comunión con la Totalidad. Las
posibilidades son infinitas”.
Ya sospechaba yo que el espíritu venía mezclado con la materia de tal
manera que era imposible separarlos ni con el bisturí más sofisticado.
Pero vengo de la cultura del alma frente al cuerpo con muchos siglos de
duración y eso me ha marcado. Por eso me sigue costando contemplar mis células
como lo más sagrado y espiritual que se me pone a mi alcance. Y también sigo
viendo en mi ignorancia algún error del destino, cuando todo está medido y bien
medido, hasta mis cabellos.
Se podría añadir que lo espiritual tiene el sabor de los hijos, de los
amigos, de los paseos, de los encuentros. También de mí misma, con mis logros y
fracasos.
Y si todo es espiritual es que somos espíritus. Y en qué nos cambia la vida
el saberse de una u otra manera. Básicamente en nada. Solo son palabras.
Lo importante es gozar de lo que se tiene en cada momento, sabiendo que
todo es por y para algo y que somos pequeños o grandes seres transportando un
montón de añadidos más o menos inútiles, de emociones y de materia. Y que todo
ello es pasajero.
Ya que necesitamos hacer este trayecto vamos a disfrutarlo. A mí me gusta
pensar que soy un espíritu humano al que le toca custodiar en su corazón lo más
grande, y para eso todo lo material me sirve si pongo mi intención en la
alabanza y la acción de gracias.
4 comentarios:
Todo es por y para algo
Somos espíritus custodiando lo más grande....
Gracias...
Gracias...
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