miércoles, 28 de diciembre de 2016

Como los bebés

Todos vemos cómo cuidan los padres a sus bebés. cómo les miman, les evitan peligros, les corrigen y les rectifican sus conductas con suave tacto e intentan sacar lo mejor de ellos, para que estén felices y se sientan amados.
Esta crianza que se da a diario con tanto celo e interés es una imagen que nos sirve para ver cómo somos cuidados todos los seres humanos, niños y mayores, por nuestro Abba, Papá, que es la expresión de extrema ternura que utiliza Jesús.
Ante esta imagen tan idílica dónde colocamos todos los problemas y los conflictos que nos acorralan y que parece que no se corresponden con ese cuidado que se da a los bebés.
Puede ser que la inmensa mayoría de las veces los problemas nos los inventemos, en muchas ocasiones sencillamente queremos ser centro de atención, que nos tengan lástima, es un sentimiento muy dulce saber que estás en boca de todos, que te dan la razón y te valoran. Cuando tú dices “mira lo que me ha hecho fulanito”, automáticamente la gente se pone de tu parte, dejando en mal lugar al otro, al ausente. Situaciones de estas hay demasiadas.
Otras veces se trata de no aceptación, no aceptamos estar enfermos o que se nos mueran los seres queridos, ni el fracaso o los reveses que nos llegan. Nos hundimos con los contratiempos.

Lo mejor es no hacer un problema de nada en la vida. Porque somos nosotros mismos los que convertimos las situaciones en problemas. Lo que esté en nuestra mano solucionar, hacerlo, lo que no, dejar que suceda. Y en todo momento tener una actitud abierta y de absoluta confianza como los bebés en manos de su mamá y su papá.

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