miércoles, 5 de octubre de 2016

Él se ocupa de mí

Dice Rumi: “Él se ocupa de mí, ¿por qué ando preocupado?”
Sin duda, nos preocupamos en exceso. Preocupación tiene que ver con el temor, que es lo opuesto a la confianza. Porque si confías, te fías y vives tranquilo.
Como estamos tan preocupados por todo, en la oración nos hemos especializado en pedir para que nos salgan las cosas bien. Nuestro diálogo interior es de petición para obtener lo que nosotros, ignorantes, pensamos que es lo mejor.
Ya que nos paramos un momento a orar, parece que es más útil dedicarlo a pedir, porque hay tantas cosas que solucionar…
Pero aquellas aguas en las que nos movemos como diminutas gotas, aquel Ser que es el fondo de nuestro ser ya sabe lo que necesitamos en cada momento, y nos lo da.
Nos creemos que si no pedimos no se arreglan las cosas, pensamos que nuestra petición es necesaria, que hay alguien fuera de nosotros esperando que hablemos para él actuar. Pero a ese alguien le interesa infinitamente más que a nosotros que las cosas vayan bien, porque él es el mismo amor, y su poder no tiene fin.
Si todo dependiera de nuestra petición habría más de media humanidad excluida de los beneficios de ella, sería injusto.
Solo hay una oración, es la del agradecimiento y la alabanza, la de la compasión y la alegría. Se expresa viviendo, no hay que ir a una iglesia ni a la cima de la montaña.
Si yo me preocupo quiere decir que creo que todo depende de mi actuación. Me veo como un ser solitario en un universo indiferente, lo que es imposible, porque ese universo me ha declarado su amor y me sostiene en la vida.

Tengo el corazón agradecido y en el gesto una sonrisa, porque el amor incondicional ya se ocupa de mí.

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