miércoles, 17 de agosto de 2016

Alegría de ser



“Me felicito por ser y por haber nacido,
por mis pulmones que me llevan y me traen el aire,
porque cuando respiro siento que el mundo todo entra en mí
y sale con algo mío…” (Gioconda Belli).
Admiro su sensibilidad y tomo sus palabras para mí. También me felicito y me doy la enhorabuena, porque he llegado hasta aquí, eso no se puede negar. Y soy luz. Todo lo que nace es luz, buena energía.
Ni siquiera tengo que preocuparme por respirar, ya los pulmones se encargan, son independientes de mí.
Mi felicitación incluye al mundo que se ha hecho un sitio dentro de mí y en él vivo. Es un mundo cambiante y apasionado, que va caducando y renaciendo a un tiempo.
Felicito la ignorancia y la torpeza que vienen conmigo a todas partes. No es un añadido negativo, va con mi misma esencia. Y lo que va en mi esencia es bueno para mí.
Doy mi más sincera enhorabuena a esa alegría cabezota que siempre lucha por asomar la cabeza, y no se rinde a pesar de las circunstancias más o menos favorables.
Dice G. Belli en el mismo poema:
“Quiero atraer a todos hacia el abrazo de una alegría que comienza,
de un Universo que espera que rompamos sus puertas
con la energía de nuestra marcha incontenible.”
Sí, esa alegría de ser es rompedora e incontenible. Es un don que recibimos y que tenemos que cuidar y contagiar.
Yo también quiero atraer a todos a esa alegría de existir que nos lleva a estar en paz con la vida.

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