Antoine Leiris, periodista,
perdió a su mujer en los atentados de Paris, ha escrito una carta en Facebook,
en la que dice: “No tendréis mi odio, no os haré ese regalo”.
Testimonio impresionante. Un
ejemplo clarísimo de lo que decíamos, mantener un pedazo de alma intacto a
pesar del dolor. Se puede conseguir. No podemos quedarnos anclados en el rencor
y el odio.
Salvando las distancias respecto
a las grandes tragedias que ocurren todos los días, las tensiones nos atacan en
todos los ámbitos donde nos encontramos: familiares, laborales y sociales,
porque no es nada fácil convivir.
Solo teniendo muy claro tu meta
puedes salir indemne de esa “batalla” de las relaciones humanas. Muchas veces
hay que elegir entre tener la razón o tener paz, he visto alguna vez que por
querer tener la razón en cualquier tema uno se enemista con todos los
compañeros de trabajo y va con amargura y ansiedad. Si por tener la razón soy
desgraciado algo hay que cambiar. Hay que procurar ser flexibles al máximo,
ceder la palabra, ceder la razón y las oportunidades a otros. “El que quiera
seguirme, que se ponga al servicio de todos, que sea el último”. Está muy claro
el mensaje evangélico.
Como dice el testimonio del
periodista que ha perdido a su mujer y que tiene un hijo de 17 meses: “somos
dos, mi hijo y yo, pero somos más fuertes que todos los ejércitos del mundo”.
Así de poderoso es el amor, hay que experimentarlo para saberlo.
Esa es nuestra única fuerza frente
a las armas, la violencia, la cerrazón y la ignorancia: el amor.
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