Algo hay que hacer para que no
nos venzan las tensiones. No podemos estar apropiándonos del sufrimiento de
todo el mundo, ni vivir permanentemente enfadados, ni estar atemorizados por lo
que puede que ocurra en un futuro: “y si…”.
Ya hemos adquirido trucos para
no caer en las trampas de las preocupaciones inútiles. Y si no los hemos
adquirido, es hora de que los aprendamos. Ya hemos vivido un tiempo, no somos
inexpertos, sabemos lo que nos conviene, lo que nos relaja y nos da paz.
Ante la avalancha de desgracias
que nos rodean, debemos recordar que estamos aquí para ser felices. Que no
lleguemos al final de nuestra vida diciendo: “no he sido feliz”.
Sin embargo, parece que seamos
nosotros mismos los que buscamos los problemas. De hecho, siempre nos interesan
las malas noticias, por ejemplo, las peleas que ocurren en nuestro entorno o en
nuestra propia familia, les damos demasiada importancia. Son noticias que
escuchamos y propagamos rápidamente, dejando en mal lugar a la persona de la
que estamos hablando. Y no respetando su proceso vital.
Esa sería una primera regla
básica, dejar que los demás vivan su propia vida, sin interferencias de nuestras
opiniones negativas. No es nada fácil desmarcarse de “poner verde” al otro.
El respeto es una norma básica
para la convivencia y sobre todo para construir nuestra propia paz interior.
Algo hay que hacer para que se
note que hemos sido tocados por el Amor y somos seguidores de lo más grande.
Nuestro deseo es caminar en
armonía con todo y con todos, sin querer herir ni dañar nada, aceptando y
bendiciendo cada momento, para que se note que somos verdaderamente humanos y divinos.
1 comentario:
La tensión, el estrés, el mal humor se adueñan de nosotros y hay que saber decir basta. Cortar esa cadena, puede haberme llegado a mí, pero yo decido si continúa de mí hacia fuera o en mí se acaba. Yo tengo la llave para cortar cadenas que sólo hieren (como nos pasa con los cuchicheos) y también la tengo para crear cadenas de amor.
DECIDO CREAR CADENAS DE AMOR.
Gracias mamá. Tus palabras son luz en mi vida, y aún así lo más impactante no son tus palabras sino tus ACTOS, acordes a todo cuanto aquí expresas.
TE QUIERO.
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