“Una sonrisa es un modo económico de mejorar tu
aspecto, y a veces también mejora el aspecto del que te observa… porque
sonrisas traen sonrisas, como bostezos traen bostezos” (Joan Chamorro).
Incluso forzando una sonrisa en tu cara cuando
no te apetece, ya atraes buena energía hacia tus células y tu vida cambia, como
dice la cita, de un modo económico, sin ir al psiquiatra, ni comprar medicinas
ni curas de salud. Y además tu mejoría alcanza a los demás. Merece la pena
probarlo.
Hemos venido para mejorar el espacio que
ocupamos, a golpe de buenas caras, sonrisas y amor.
A veces no nos creemos que el remedio más fácil
y económico lo tenemos a mano, lo llevamos incorporado de fábrica.
Aprovechémoslo.
Muchos músculos intervienen para sonreír y
nosotros mandamos sobre todos ellos. Como el que maneja una marioneta,
levantemos las cuerdas adecuadas para que de nuestro cuerpo salga el regalo de
las sonrisas. Qué sabia es nuestra naturaleza.
“El sonreír alarga la vida y libera del
estrés”, acabo de leer en internet. Cuando sonreímos el cerebro produce
endorfinas que reducen el dolor físico y emocional y dan una sensación de
bienestar, por eso se utiliza en el campo de la salud y para curar
enfermedades.
La enfermedad que más me interesa curar es la
del desamor, para eso el puente que tiende una sonrisa es el camino más seguro
y efectivo, porque abre la puerta a la ternura que tiene efectos poderosos en
los corazones heridos.
Sonríe a todos, especialmente a los más
necesitados, a los que se sienten marginados, desesperados o tristes. No los
abandones, búscales y regálales tu sonrisa y tu cariño.
Nuestra tarea es dar de forma desinteresada lo
que recibimos gratis.
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