miércoles, 3 de agosto de 2011

Tienes lo que necesitas


Tienes lo que necesitas. No hay equivocaciones en tus suministros, en tu bagaje, en el contenido de tu mochila vital. Es decir, si no eres más guapo o más listo, no es un error del destino.

Posees exactamente lo que tienes que poseer. Y si te gustaría tener la fe de Santa Teresa, pues, sencillamente, ésa no es la tuya. La tuya es esta medianía que con un soplido se tambalea y que se apaga a temporadas.

La aceptación plena de lo que somos y de lo que tenemos, es esencial para disfrutar de lo que somos y de lo que tenemos.

Porque cuando te aceptas, y no te cargas de tensión por lo que no eres ni por lo que te falta, es decir, por tus carencias, empiezas a ver que no eres tan defectuoso, ni tan torpe, ni tan poquita cosa si la misma divinidad te habita, y se ha aliado contigo y te ha querido formar tal como eres en este momento.

Todo es cuestión de puntos de vista, o según el cristal con el que se mire. En una sociedad competitiva seguro que puedes ser el último en todo: en eficacia, en imagen, en rendimientos.

Pero en la estancia sagrada de tu corazón eres el primero para el Ser que se aloja en ti. Y si de verdad crees esto, ya te has salvado de la ignorancia, ya has resucitado a la vida de verdad, ya estás en el paraíso soñado, ahora.

Dejémonos invadir por la sensación de sentirnos y sabernos amados, que esa confianza penetre en todos nuestros rincones, porque es la que nos va a salvar de sentirnos fracasados o de segunda categoría. Es la que nos va a confirmar que no hay ningún error en nuestras vidas.

Porque la confianza nos va a dar las alas necesarias para sobrevolar nuestra pequeñez, y descubrir lo que hay más allá, lo que nos trasciende y nos mantiene en su amor a todas horas.

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